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Danae Huala

La cata de vinos, ¿una habilidad difícil de dominar?


women smelling a glass of red wine

Innumerables son las ocasiones en las que nos encontramos compartiendo una comida, degustaciones en las bodegas, reuniones corporativas, etc. donde hay vinos de por medio y al momento de enfrentarlos, nos concentramos en la percepción de sus características, pero prontamente nos entregamos al hedonismo. ¿por qué?, ciertamente depende del contexto, pero ¿Será que existe una visión escéptica del vino? y su comprensión se deja al criterio de los más entendidos, ¿nos intimida un poco no saber reconocer aromas, sabores, sensaciones y estructuras?



La complejidad y la influencia emocional de la cata de vinos


Partamos de la premisa que el vino es una bebida compleja, estamos de acuerdo, demanda más concentración por parte del catador. En donde para entenderlo existe una serie de etapas correlacionadas que tenemos que llevar a cabo, las cuales coexisten de tal forma que parecen diferentes instrumentos tocando juntos para obtener una melodía. Estos son nuestros sentidos, que además se deben confabular en todo momento con nuestro cerebro, para fijar los caracteres percibidos en nuestra mente lo que luego nos conducirá a emitir un juicio.


Además de que tan complejo químicamente pueda llegar a ser este brebaje, existe un elitismo asociado a su consumo (de esto último podríamos hacer un ensayo así que mientras lo dejamos para próxima lectura). Pero también es cierto que los consumidores que no tienen conocimientos ni experiencia en vinos pueden realizar una gran performance durante una cata, influenciados por componentes emocionales, como: la comodidad y el entusiasmo, que podrían tener un efecto positivo en su satisfacción y consecuente Word of Mouth.


photo montage of the multiple facets of wine tasting


Basándonos en los últimos descubrimientos de la neurociencia y la psicología, es sabido que nuestros sentidos interactúan para producir experiencias multisensoriales unificadas, combinaciones casi ilimitadas de elementos que en este caso colisionan en un solo sorbo, pero ¿Qué nos convierte en hábiles catadores de vinos?


Cualquier persona puede ser un experto catador de vinos, pero la clave es llevar la cata al siguiente nivel implicando ser disciplinado y consciente del proceso.


Profesionales y aficionados


¿Tienen los profesionales del vino una capacidad única, capaz de discriminar sutilmente los aromas y sabores? No necesariamente.

Lo cierto es, que los aficionados en el mundo del vino pueden rendir tan bien como los profesionales en tareas de discriminación perceptiva; simplemente, desconocen que pueden hacerlo. La diferencia entre aficionados y profesionales es el conocimiento que se tiene de los vinos, los expertos deben centrarse en una evaluación de calidad lo que los lleva a ser capaces de organizar mejor sus conocimientos. En cambio, los bebedores sociales son más propensos a aferrarse a un criterio de preferencia.


Professional wine taster versus amateur wine taster

Los catadores aficionados se centran en las sensaciones que les están produciendo más que en lo que esas sensaciones pueden decirles sobre el vino. Estos suelen decir que no les gusta el sabor que les deja un Riesling Alemán o un Albariño del norte de España y con ello se refieren a la sensación de acidez. Sin embargo, una vez que saben que la sensación -no el sabor- es una característica propia de esas variedades y que es una característica importante que determina la vida útil de un vino, su experiencia comienza a alejarse de la sensación en la boca y a acercarse al entendimiento del vino. Y así, su opinión subjetiva pasa a referirse al vino y no a sí mismos.


¿Técnicas de cata consciente y/o mindfulness?


La degustación como mencionamos anteriormente es una experiencia multisensorial, donde el cerebro está integrando los estímulos del tacto, el gusto y el olfato, considerando también otros factores como la visión y la audición. Porque mirar el color de un vino genera expectativas, por razones evolutivas, el rojo sugiere dulzor y el verde, acidez. Incluso el sonido que hace el vino al verterse en la copa puede crear expectativas. Es ahí cuando el cerebro se activa y da lugar a las expectativas que condicionan la experiencia.


En circunstancias profesionales es de suma importancia el ambiente controlado, sin ruidos visuales y de ambiente que puedan alterar nuestra percepción. Luego le siguen las 4 fases de degustación (visual, olfativa, gustativa y retronasal) para finalmente contrastar los elementos de todo este ecosistema sensorial y sacar las conclusiones pertinentes.


wine tasting between friends

En cambio, en ambientes de convivencia el vino toma otro protagonismo influyendo directamente en nuestro estado de ánimo pudiendo provocarnos placer y mayor conciencia del ahora. De hecho, hay estudios que sugieren que el consumo moderado de vino desarrolla mayor conciencia del momento presente, actuando como una especie de lubricante social, mejorando el estado de ánimo y aumentando la excitación.

Esto no debería causar extrañeza considerando que entre las necesidades humanas, se encuentra la búsqueda de estados alterados de conciencia placenteros, conducta arraigada en muchas culturas humanas desde tiempos ancestrales.


Aquí no se trata de escoger una de ambas circunstancias, en mayor o menor medida coexistirán ambas prácticas en nuestra vida, lo importante es darle espacio a ambas.



La importancia de practicar + Consejos para mejorar la cata de vinos


Catar con constancia y conciencia puede favorecer una claridad mental, esto lleva a poner en práctica técnicas, tales como:

  • Entender y conocer las familias de aromas presentes en los vinos (primarios, secundarios, terciarios);

  • Reunirse con amigos a degustar formal/informal como se prefiera, lo importante es mantener una frecuencia y comentarlos.

  • Asista a una clase magistral virtual sobre el vino con aprendizaje autónomo.

Adquirir hábitos que permitan desarrollar el paladar es fundamental.


Preocuparse de conocer la historia detrás de cada botella también es tarea de todos, porque cada una tiene algo especial para contar, con el tiempo podrás notar cómo tomarás un mayor aprecio por las personas y las culturas que hacen posible el líquido que está en tu copa. No olvidar que una buena práctica es utilizar una tabla de cata como guía y así no olvidar lo que vamos probando, una bitácora personal. Así te asegurarás de no olvidar los intrincados detalles de cada vino que explores.


La cata de vinos consciente puede beneficiar al cerebro creando patrones de reconocimiento, fomentando la confianza y creando experiencias notables, Leer con con sentidos y la mente es un poder! y no olvides ¡siempre se puede mejorar!




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